La joven editorial DeHavilland tiene nuevo título, ‘Ikea Dream Makers‘, de Cristian Robles (Barcelona, 1990). Tras leer su primer lanzamiento, ‘Pimo & Rex‘, de Thomas Vellmann, uno podía esperar cierta continuidad en cuanto a formato y estilo. Pero no, este segundo tebeo no puede ser más diferente del anterior, y viene a demostrar que está lejos de su intención transitar por los márgenes de la comodidad. Solo hay que ver el listado de autores que tienen previsto editar en el futuro, y comprobar que andan sobrados de osadía. Se agradece la apuesta, porque ‘Ikea Dream Makers’ es un tebeo que merecía ser publicado, y marca a Cristian Robles como un autor a seguir.

Ikea tenía que ser el escenario de un cómic. No podía ser de otra manera, con todos esos ejemplos de arte secuencial que atesoran las instrucciones de sus muebles. En ‘Ikea Dream Makers’ nos encontramos con Caleb, un tipo del que nada sabemos, atrapado en el sistema de ventilación del techo de una de esos ladrillos arquitectónicos que ocupa la multinacional sueca. Una situación de pesadilla llena de angustia y patetismo, en la que el protagonista cae en una espiral de locura mientras a sus pies se desarrolla con normalidad el día a día de la tienda. Un giro inesperado de los acontecimientos hará que Caleb descubra el sorprendente y fantástico secreto que se esconde tras el diseño y fabricación de los productos de la marca. Se abre así una puerta un mundo tan surrealista como aterrador.

Cristian Robles exprime al máximo las apenas 48 páginas que ocupa el tebeo. En la primera parte del tebeo, sabe contar y transmitir la desesperación y locura del protagonista en su extraño encierro. Cuando ya tiene encaminado al lector hacia cierto estado de ánimo, cambia por completo el contexto de la historia y la hace más surrealista si cabe. ‘Ikea Dream Makers’ se convierte así en un tebeo inesperado, lleno de sensaciones y momentos extraños, que funcionan bien en conjunto. Un estimulante debut que supone el salto de su autor del mundo del fanzine al del tebeo profesional, y para el que es de desear que no haya vuelta atrás.